La cocina polaca tiene influencias o parecidos con la gastronomía eslava (Rusia y vecinas), alemana, turca, húngara, judía y francesa.
Normalmente los platos suelen ser potentes y calóricos, así como de sabores contundentes. Los ingredientes suelen estar relacionados con la vida rural, por lo que podemos encontrar una cocina donde predominan los productos de la tierra, aunque por supuesto tampoco faltan los pescados y las carnes.
Pero como la mejor forma de conocer la cocina de un país es a través de sus platos, para muestra un botón. Pasemos a contar lo que pudimos probar.
La carta es medianamente extensa y siendo la primera vez que visitamos un restaurante de cocina polaca nos decidimos por probar uno de los dos menús de desgustación que ofrecen, de manera que nos permitiera conocer los platos más típicos. Habrá tiempo para volver e indagar en otros.
Oscypek. Queso Ahumado de Oveja Frito. Queso tradicional de las montañas acompañado con mermelada de arándanos. Nos gustó bastante.
Zurek. Sopa tradicional. Es una sopa de ajo elaborada a partir de una harina especial de centeno, salchichas y huevos duros. Rica y sustanciosa. Como curiosidad vimos que también la sirven también dentro de una hogaza de pan.
Pierogi. Empanadillas mixtas. Son unas empanadillas de pasta rellenas de carne (z mięsem), de repollo y setas (z kapustą i grzybami), y de queso y patatas (ruskie).
Respecto a los postres, entre que no tenían nada típico y que a esas alturas estábamos hartos de comer, salvo una valiente que pidió tarta de queso (correcta sin más) los demás nos inclinamos por un café.
Y en cuanto a las bebidas, hicimos también una degustación de cervezas polacas, ya que disponen de unas cuantas referencias, llegando a probar tres rubias, dos tostadas y una negra. Algunas estaban bastante buenas y, eso sí, acompañaban perfectamente los platos.
El local es cuanto menos curioso, el comedor me recordó un poco al estilo de los salones antiguos de nuestros abuelos. Y cabe destacar que tiene tienda de alimentación con productos típicos polacos.
El servicio eficiente y correcto.
En resumen, comida rica y potente. Sales bien comido. El menú que pedimos tenía un precio de 20€ incluyendo pan, una bebida y postre o café. Por lo que el ticket final fue de 70.50€ (3 adultos y 1 niño), teniendo en cuenta que pedimos tres cervezas fuera del menú. Sin duda un precio muy razonable.
Recomendable y, como no, por nuestra parte volveremos para conocer un poquito más de la gastronomía polaca.
Info:
Calle Narciso Serra, 3, Madrid