Ingredientes:
- 2 tomates, 1 diente de ajo, comino, AOVE, vinagre y sal.
- Importante, hacerse con unos tomates que sean buenos.
- Lavamos y cortamos el tomate en trozos, por ejemplo, partimos el tomate en octavos y cada octavo por la mitad.
- Picamos el ajo muy fino y lo añadimos al tomate.
- A continuación incorporamos el comino, a gusto de cada uno, aceite, vinagre (no mucho) y sal.
- Movemos bien, tapamos y lo dejamos un mínimo de 1 hora en la nevera, para que el tomate suelte su agüilla y se integren bien los sabores del tomate, ajo, comino, vinagre y aceite.
- Sacarlo de la nevera un rato antes de comerlo para que se temple. Eso sí, prepara pan porque seguro que vas a mojar en el jugo… 🙂